Los cañones de Salina Cruz
Estados Unidos consideraba vital para su desarrollo nacional la construcción de un canal interoceánico, que permitiese conectar los puertos de sus dos costas, y estaban dispuestos a lo que fuese con tal de conseguirlo, como después lo demostró la Historia, cuando destruyeron la integridad territorial de Colombia y de plano crearon una colonia norteamericana llamada Panamá.
Pero Panamá no era el lugar ideal, la zona de Tehuantepec-Coatzacoalcos era mucho mejor, más plana, más cerca, requeriría menos trabajo y les permitiría a los buques una singladura mucho más pequeña, los norteamericanos intentaron por todos los medios de hacerse de la zona.
Fue durante el gobierno de Porfirio Díaz que comenzaron las negociaciones, los norteamericanos le ofrecieron primero la compra de los estados de Oaxaca, Veracruz y Tabasco; la cual rechazo, después de todo el Dictador había peleado en todas las guerras de México contra los extranjeros y conocía muy bien las intenciones de estos.
Cuando no se pudo por esos medios, se intentaron otros, ciudadanos norteamericanos empezaron a comprar tierras en la costa del pacifico, pero eran presta-nombres del Filibustero Walker, que estaba organizando un gran grupo armado, con el cual declararía la "independencia" de los territorios comprados para después vendérselos a su gobierno por un precio mucho mayor.
Pero el gobierno ya tenía experiencia con esto, pues lo mismo habían intentado hacer en Baja California, Sonora y así se había perdido Texas, por lo que se hizo una nueva ley que prohibía a los extranjeros comprar tierras en lugares estratégicos del país.
Cuando todos sus trucos fallaron, intentaron la última, una ocupación militar de Salina Cruz, para ello enviaron el Escuadrón del Pacifico, compuesto por un acorazado, varios cruceros y algunos destructores, junto a varios transportes de tropas.
El gobierno de México no se había quedado cruzado de brazos, había reforzado la defensa de Salina Cruz, enviado tropas del entonces moderno Ejército Federal, con oficiales superiores bien probados en los combates de la Guerra contra los franceses, pero lo más importante, había hecho un gran esfuerzo en crear una eficiente Defensa Costera, el gran ingeniero y, posteriormente general, Mondragón, quizás el más grande armero en la Historia de México, fue comisionado para crear las piezas de artillería más grandes que jamás se hubiesen hecho en el país.
Y es ahí donde comienza la parte misteriosa y no escrita, los cañones fueron construidos, no se sabe si en México o solo el diseño se hizo aquí y se encargaron en el extranjero, como los posteriores Saint Chaumond-Mondragon, no hay información precisa de que calibre y peso eran los cañones, ni tampoco de donde se emplazaron, ni de su destino.
Existe una narración oral del combate, según ella, los norteamericanos no creían que hubiese una defensa eficiente, así que pusieron proa al puerto, el acorazado entro dentro del rango de la artillería costera mexicana, que hizo un primer disparo de advertencia, los norteamericanos vieron con estupor que cayo justo enfrente del buque en la cabeza de la formación, pero aun así siguieron, pues creyeron que era un tiro de suerte, pero cuando el segundo disparo voló parte de la superestructura, entonces se dieron cuenta de que la flota no duraría ni quince minutos si seguían adelante los cientos de metros que aun hacían falta para que sus piezas pudieran disparar, así que dieron vuelta y regresaron a toda máquina.
Del relato se puede inferir que la artillería mexicana era de mucho más calibre que la usual norteamericana, así que es posible pensar que los cañones eran de 12 pulgadas o mayores, y debieron de haber estado emplazados en una muy buena base, y además que se habían hecho las mediciones matemáticas correctas para tener bien controlada toda la zona marítima alrededor de Salina Cruz.
La experiencia fue muy traumática para los norteamericanos, que pedían la retirada de la artillería de Santa Cruz en cada negociación que hacían con el gobierno mexicano, al parecer Madero o Venustiano Carranza finalmente aceptaron retirar los cañones a cambio del reconocimiento oficial norteamericano y la provisión de armamento para sus tropas, según algunos los cañones fueron desmontados y vendidos a Turquía, que los uso en la defensa de los Dardanelos, la verdad no se sabrá hasta que no se encuentren más fotos, información oficial mexicana (al parecer perdida en la Revolución), o bien un cañón de gran calibre aparezca en alguna parte del mundo con el escudo mexicano. Como resultado los norteamericanos se dieron por vencidos y prefirieron adquirir el Canal de Panamá.